Dramaturgas chilenas recuperan su lugar en la historia del teatro

¿Has oído hablar de Gabriela Roepke, Rosa Idilia Cabrera o Luisa Zanelli? Ellas son algunas de las 12 dramaturgas cuyos textos han sido rescatados del olvido en el libro Evidencias, las otras dramaturgias”, un trabajo de recopilación realizado por las investigadoras feministas Patricia Artés Ibañez, Maritza Farías Cerpa y Lorena Saavedra González.

Esta antología busca rescatar y revalorizar un patrimonio fundamental para la cultura chilena, a través de las voces de creadoras dramáticas del siglo XX que quedaron invisibilizadas y relegadas de la historia del teatro.

“La historia del teatro la han escrito mayormente los hombres. Y los hombres se han validado a ellos mismos, y desde esa perspectiva han situado a hombres que han escrito y que han desplegado los imaginarios de lo nacional, de la cultura, principalmente situada desde las capas medias (…) dejando a las mujeres replegadas en otro plano”, señalan las autoras del proyecto.

Por ello, luego de leer y analizar un total de 119 obras de 42 autoras, la selección de los 12 textos para esta antología estuvo marcada por 3 ejes: la importancia de la educación para la emancipación y la autonomía de la mujer; el amor romántico como espacio de opresión; y la violencia de género enmarcada en la cultura de la violación.

Lanzamiento del libro

El pasado 17 de marzo, en un emotivo encuentro online organizado por el Centro Cultural GAM, se realizó el lanzamiento oficial del libro, donde fue presentado por la destacada dramaturga contemporánea y socia de ATN, Nona Fernández, además de las docentes teatrales Soledad Figueroa y Pía Gutiérrez. 

En la instancia, Nona realizó una autoreflexión sobre su llegada tardía como escritora a la dramaturgia -después de los 40 años- lo cual atribuyó, en parte, a la falta de textos de dramaturgas que le hubiesen servido como referentes. Su respeto por la dramaturgia la hacía sentir que ese no era su lugar, lo cual generó que se demorara un tiempo “en tomar la valentía de escribir teatro”. Por ello, agregó que “este libro lo que hace es completar el mapa, para que las autoras del futuro puedan encontrar sus referentes”. Además, destacó: “Este libro es una acción concreta que busca corregir una parte de esa violencia simbólica a la que las mujeres hemos estado sometidas durante tanto tiempo. En este caso, la invisibilización de las autorías, y por tanto, a las genealogías a las que pertenecemos, o podríamos llegar a pertenecer, pero que aún no lo sabemos”.

 

 

El pasado 17 de marzo, en un emotivo encuentro online organizado por el Centro Cultural GAM, se realizó el lanzamiento oficial del libro, donde fue presentado por la destacada dramaturga contemporánea y socia de ATN, Nona Fernández, además de las docentes teatrales Soledad Figueroa y Pía Gutiérrez. 

En la instancia, Nona realizó una autoreflexión sobre su llegada tardía como escritora a la dramaturgia -después de los 40 años- lo cual atribuyó, en parte, a la falta de textos de dramaturgas que le hubiesen servido como referentes. Su respeto por la dramaturgia la hacía sentir que ese no era su lugar, lo cual generó que se demorara un tiempo “en tomar la valentía de escribir teatro”. Por ello, agregó que “este libro lo que hace es completar el mapa, para que las autoras del futuro puedan encontrar sus referentes”. Además, destacó: “Este libro es una acción concreta que busca corregir una parte de esa violencia simbólica a la que las mujeres hemos estado sometidas durante tanto tiempo. En este caso, la invisibilización de las autorías, y por tanto, a las genealogías a las que pertenecemos, o podríamos llegar a pertenecer, pero que aún no lo sabemos”.

Por su parte, la también actriz y dramaturga, Soledad Figueroa, fue enfática en declarar que “este libro es fundamental para la historia del teatro chileno y para la vida también, para relevar el trabajo de mujeres que muchas veces se dijo que no existían”.

En tanto, Pía Gutiérrez, puso énfasis en que esta investigación vino a “desmontar absolutamente la falta de actividad de mujeres dramaturgas y confirma la constante invisibilización de las mismas”, invitando a aprovechar este trabajo como una oportunidad para “articularnos cada vez más concientemente, de citarnos, de leernos y de darnos la palabra negada”.

Los 12 textos que componen la antología son: Sentimientos vencidos (1919), de Luisa Zanelli, Melchorita, de Rosa Idilia Cabrera (1924); Mar, de Gloria Moreno (1936); Deshonra, de Ana Ayala (1941); Campamentos, de Dinka Ilic (1955); La telaraña, de Gabriela Roepke (1958); El camino más largo, de María Asunción Requena (1959); ¿Quién tuvo la culpa de la muerte de la María González?, de Isidora Aguirre (1969); Cariño malo, de Inés Stranger (1990); Que nunca se te olvide que no es tu casa, de Lucía de la Maza (1997), Por encargo del olvido, de Ximena Carrera (2000), y Voces en el barro (2000) de Mónica Pérez

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