Entrevista exclusiva con Daniel Castro: el guionista tras el cortometraje ganador del Óscar

 Por: Pilar Subiabre /Fotografía: Max Acosta.

Daniel Castro, socio activo de ATN desde el 2008 y guionista del triunfante cortometraje “Historia de un oso”, se dio tiempo dentro de estos ajetreados días para conversar con nosotros en una entrevista exclusiva. Daniel habla sobre su trabajo como autor, el éxito del Premio Oscar, pero también sobre los desafíos que debe enfrentar la industria audiovisual chilena.

Su celular no para de sonar durante la entrevista. Hace pocos días que aterrizó en Chile luego de haber recibido, junto a todo el equipo de Punkrobot Studio, el reconocimiento más codiciado de la industria cinematográfica mundial que se entrega en la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos.

Haber llegado hasta la instancia del Premio Oscar no ha sido un camino fácil. Para logra hacer una pieza audiovisual de diez minutos, han tenido que trabajar durante cuatro largos años. Sin duda, este histórico reconocimiento para Chile es un orgullo, pero también conduce a grandes desafíos.

Daniel estudió cine en la antigua Escuela de Cine de Chile, ubicada en Rodrigo de Araya con Macul; “Era una casa bien hippie en esa época”, recuerda. Luego de egresar, inmediatamente comenzó a trabajar, formándose como guionista sólo a través del oficio. En sus pocos más de 10 años de carrera, ha podido desempeñarse en importantes y reconocidas producciones nacionales, teniendo claro que el camino para un guionista en Chile no es fácil. Así fue como llegó a ATN hace ya algunos años; buscando un respaldo para su trabajo: “Soy medio vola’o y necesito una asociación que me pueda apoyar en la parte legal y financiera. Alguien que me pueda ayudar en temas en cuanto a derechos, contratos, o sesiones y cobro de sesiones en el extranjero. Creo que estas organizaciones son súper importantes para el apoyo de los trabajos creativos. A veces uno queda súper desamparado en ese lugar, porque claramente no se maneja. Yo creo que muchos guionistas y muchos autores sí, pero no todos, entonces yo creo que es una gran ayuda tener una asociación que vele por los derechos que uno tiene que tener”.

Y aunque reconoce las carencias que existen para los guionistas en Chile, prefiere verlas como una oportunidad para seguir creciendo hacia una efectiva industrialización en el área audiovisual.

El proceso creativo horizontal

¿Cuáles han sido los trabajos más importantes a los cuáles te has enfrentado como guionista?

Bueno, “31 Minutos” porque fue mi primer trabajo. Fue una fortuna gigante haber llegado ahí. Y cuando hicimos la cuarta temporada, como siete años después, se validó absolutamente mi percepción de la calidad del equipo, no sólo en términos de factura o del programa, sino también del equipo con el cual se trabajaba ¿me entiendes? Como súper humano, súper horizontal, y daban mucho espacio a la creatividad siempre. Le tengo un cariño muy, muy grande.

Todo el trabajo que he hecho con Punkrobot también. Hemos hecho cosas muy bonitas. El corto es lo que ahora nos ha hecho súper visibles, pero hemos trabajado mucho en programas infantiles y siempre tratando de mantener estándares de calidad de este nivel.

Y con Cristián Jiménez, para mí también fue súper interesante, porque fuimos al mismo colegio y nos ubicábamos de ahí. Habernos encontrado para trabajar después en su película (“La Voz en Off”) fue súper bueno. Fue una co-escritura en la que también hubo mucho espacio para la creatividad y una relación súper horizontal, que siento que es algo muy importante para que germine bien el trabajo y las ideas lleguen a puerto tal como se concibieron.

Fuente de la fotografía: http://www.ergocomics.cl/imagenes/img/20031011171423.jpg

¿Por qué es importante para ti participar de todo el proceso de factura de una serie o película?

Cuando no es así, en mi experiencia personal y en mi opinión, empieza a fallar un poco lo que se quería hacer a lo que se termina haciendo, pero no desde un lugar de tener el control y el poder. O sea, Cristián Jiménez hizo el montaje y la dirección, donde yo no estoy involucrado directamente, pero sí estábamos siempre en conversaciones. Lo mismo en Punkrobot para el oso (“Historia de un Oso”), lo mismo en “31 Minutos”. A diferencia de otros programas de televisión, donde el guionista es como un peldaño que nunca más tuvo que ver con nada, y finalmente termina haciéndose algo que desvirtúa absolutamente la idea que uno tenía con el guión, se interpreta desde otro lugar, lo que está bien si es que hay conversaciones, pero si se interpreta como el juego del teléfono como cuando uno es niño, pasa exactamente eso. Llega algo que no tiene nada que ver con lo que tú habías escrito. Y nuevamente, no es el control de lo que uno escribe; el guión es una guía, no es un resultado final, pero si uno escribe ciertas cosas con cierto énfasis y que simbolizan cosas que de repente no son literales, entonces si el resto de la cadena no tiene noción de eso, tal vez lo descarta y se te puede caer una parte muy importante de un contenido más emocional que tenga lo que estás escribiendo.

El oso y las sutilezas de la vida

Hay algunos comentarios que vinculan “Historia de un Oso” con una canción que canta el argentino Fito Páez (“El Oso”).

Sí, es el cover de una canción más antigua, argentina o uruguaya no recuerdo, y la versión de Fito Páez se hizo muy famosa en “Tango Feroz”. Todos nos desayunamos al saber de la canción después.

¿Fue una coincidencia entonces?

Sí, pero efectivamente nos han preguntado bastante y sí, es casi igual, jajaja.

¿Y cómo surgió la idea de homologar esta historia de exilio con un oso que es llevado a un circo?

Yo me junté con Pato (Patricio Escala) y con Gabriel (Osorio) que me llamaron a escribir el corto. Ellos ya tenían esta idea de este oso que lo sacaban de su casa y se lo llevaban el circo, y después quería volver a su casa. Esto surge de lo que ha contado Gabriel muchas veces; desde la visión que tenía él de la historia con su abuelo, y de cómo se imaginaba él que debía haber sido la visión de su abuelo, respecto a tener que dejar todo atrás y no poder volver. En el fondo, esa también es una interpretación de él. También es como que te sacan de tu hogar, y bueno, hay tantas lecturas finalmente que también tiene que ver con la crueldad que el circo tiene con los animales ¿no es cierto? De obligarlos a hacer cosas que no quieren y sacarlos de su hábitat. Y bueno, la estética que tiene el circo ahí tiene también muchas más reminiscencias de la Dictadura, en cuanto a los uniformes de las personas del circo, la oscuridad que muestra.

¿Y cómo te relacionaste con esta historia para hacer el guión?

Estaba esta historia para mí, y en ese entonces yo estaba con un tema familiar súper duro también. Con un hijo que recién había nacido y nació bastante enfermo. Estuvo internado y al final, bueno, estuvo como siete meses tratando de vivir hasta que al final no lo pudo. Yo justo estaba en ese momento cuando llegó a mis manos este tratamiento para hacer el guion. Y entonces fue súper interesante para Gabriel. Por un lado, está la mirada desde el hijo, desde la familia que pierde a un abuelo o a un padre; y para mí, yo traté de darle al guion lo que es un padre que está perdiendo a un hijo, y a una esposa, pero por sobre todo a un hijo. Como que esa parte para mí era súper importante que tuviera el oso, el protagonista. En el fondo, son momentos en que te echas a morir; que te rindes o sigues adelante ¿no cierto? y que es precisamente lo que hace el oso. Y como que no sé, desde las tripas o de donde sea, saca fuerzas y sigue adelante hasta que finalmente logra escaparse y llegar a casa; claro que no con el mejor resultado ¿no cierto? y aun así sigue adelante. Y para mí también, no sé, es súper sutil, pero la risa del final que tienen el oso, cuando termina toda la historia… y ya esto está lleno de spoiler, pero en fin, todo el mundo ha visto el corto, pero tiene que ver con eso, con esa alegría en lo que viven los demás, en vez de tomarlo como una rabia talvez ¿me entiendes? como eso de ‘por qué yo sí, o yo no’; esto es un poco al revés, es como proyectarse en eso y desde ahí también tener energía y seguir viviendo. Entonces sí, yo creo que la tristeza en el corto está, pero con la sutileza de la adultez. Yo creo que esa tristeza igual tiene toques de esperanza, y son sutilezas. También hay mucha nostalgia, por lo mismo, porque son temas que nos remiten a la infancia; al miedo de que qué pasa si mi papá se muere; y bueno, de lo terrible que es para un padre algo tan anti natura como es que un hijo se muera antes que uno. Y esa mezcla, desde los dos lugares y desde experiencias súper personales, yo creo que le dio un cuerpo muy grande a la historia sobre lo cual se pudo trabajar con elementos técnicos que eran fantásticos; pero tenía un sustento súper grande, ya desde el inicio, y con lo que se podía trabajar con todo lo demás, sin perder el norte y la brújula de qué es lo que se quería contar.

Camino al Oscar

¿Qué representó para ustedes el “Viva Chile” que lanzaron desde el podio de los Premios Oscar?

Surgió desde que en realidad es el primer Oscar para Chile y lo importante que es eso. Es un empujón para hacer un ecosistema que permita seguir creciendo, sobretodo en la animación, pero también en la industria cinematográfica en general, porque no es tan fácil. O sea, también nos demoramos cuatro años en hacer el cortometraje porque no está el ecosistema y hubo que crearlo, y hubo que encontrar a las personas que trabajaran en esto, que fueran buenas. Hubo que levantarlo todo. Este mérito es nuevamente de Pato, también de Gabriel y de otras productoras, de poder levantar un ambiente de animación en Chile.

No fue fácil el recorrido…

No fue fácil y no lo sigue siendo. En este momento está el tema de abrirle las puertas a las producciones internacionales para que tengan más facilidades, desde impuestos tributarios para abrirle las puertas a las grandes productoras; pero también se necesita abrirles las puertas a la industria nacional para que sea más fácil. Necesitamos que se reconozca este trabajo y no siempre a posteriori, sino que se den las condiciones para que se pueda trabajar tranquilo, porque muchas veces, y todos lo sabemos, hay que estar metidos en mil pegas al mismo tiempo para que funcione.

¿Y cómo lograron llegar tan lejos con un cortometraje animado?

Es que nosotros estuvimos en un circuito de festivales todo el año 2015, entonces el Oscar fue la guinda de la torta, pero hubo más de 40 premios que ganó el cortometraje, tanto a nivel nacional como internacional. Entonces tiene que ver con eso. No fue como que el norte fuera desde el inicio los Oscar, sino que fue como una carrera, hasta que finalmente llegas a uno de los premios más importantes y viviendo todos los pasos.

Se asociaron con la productora que representa a Disney para exhibir el corto en los cines, antes de “Zootopia” ¿Les pagaron por esa exhibición?

Ha sido una posibilidad increíble y única en la historia nacional, pero no nos pagaron porque, en el fondo, era un “Win Win” (Estrategia de marketing de cooperación).

¿Era sólo difusión?

Claro, sólo difusión, pero todos ganábamos porque para ellos era un plus tener este corto que, en ese entonces, estaba nominado y ahora es ganador. Para nosotros era tener la posibilidad que nunca se había dado: estar en más de 100 salas con el cortometraje. Y aunque fuera sin plata de por medio, simbólicamente sí mucha gente pagó esa entrada para acceder a ver ese corto en el cine.

Fotografía: Max Acosta

Una industria que ignora el guion

En ese sentido ¿Qué aspectos de la industria audiovisual crees que están funcionando bien en Chile y qué aspectos falta por mejorar?

Yo creo que la industria ha mejorado bastante; hay mucha más producción, primero que nada. Hace un tiempo, en el cine empieza a existir un tema de sindicato, tal vez no para todas las partes de la producción, pero al menos para las partes técnicas y eso viene dándose desde hace años, pero cada vez está mejorando más y están todos más organizados. Lo mismo está pasando con las producciones extranjeras que vienen a trabajar, cada vez ya se priorizan más los equipos chilenos que están metidos en las producciones y es porque también ya está el nivel, es bien valorado. Por los amigos que tengo, sé que eso ya está funcionando súper bien. Yo creo que en la parte más de guion falta como tener más. Todavía el guion no es tan reconocido. Yo creo que está medio ignorado, salvo en excepciones bien particulares, y por lo mismo está más desamparado en cuanto a condiciones laborales, por lo cual también es súper fácil que uno esté dependiente de lo que el mercado te dicta. Todavía está el tema de las repeticiones, por ejemplo, y cosas así.

¿Y qué condiciones deberían darse para que la carrera de los guionistas se profesionalice más?

Yo creo que hace falta que nuestras asociaciones como guionistas funcionen de una manera que ojalá tengan más poder sobre la industria, tanto en la tele como en el cine; pero como somos un gremio más chico y que es muy dependiente de conseguir el trabajo, es bastante difícil.

En el fondo ¿hay que acatar las condiciones que imponen los empleadores?

Claro, porque la amenaza de quedarse como vetado son bastante grandes siempre.

¿Y qué opinas de la ley que está por aprobarse sobre la posibilidad de que guionistas y directores cobren derechos de autor? ¿En qué forma beneficiará esto a los autores y su desempeño profesional en la industria?

Va a hacer muchísimo, porque realmente ya va a haber algo no simplemente de palabra, sino que realmente legal que nos apoye y proteja, y sobre eso se va a poder trabajar de manera mucho más concreta y real, y no según voluntades y buenas ondas; porque yo creo que muchas veces sucede eso. Y como también el guionista está en el principio de la cadena, tiene que aperrar con el principio del proyecto, cuando están todos apostando recién y hay poco presupuesto. Dependiendo de la experiencia que uno tenga puede negociar que, por último, haya beneficios posteriores, con fondos futuros para los rodajes, y que ahí sea uno compensado; pero son excepciones. También no es llegar y pedir; y ahí uno cuenta con la voluntad de los equipos si es que te aceptan tus condiciones o no. Entonces, yo creo que lo va a hacer mucho más legal, finalmente. La ley nos va a ayudar a que haya términos mucho más claros.

Cuando dices que los guionistas están un poco desamparados ¿Te refieres a las condiciones laborales?

Si y no finalmente, porque en el fondo uno se conoce en el medio y así uno arma su carrera ¿cierto? Pero funciona todo bastante desde ese lugar, como desde las relaciones sociales que tenga uno más que desde tarifas o cosas más específicas. Pero bueno, viéndolo desde el lado positivo, yo creo que se está trabajando por cambiar esto. Yo soy más de ver el lado positivo de las cosas que despotricar en contra. Yo creo que cada vez hay más conciencia de esto dentro de todos los medios. O sea, yo creo que de a poco hay cada vez más conciencia en la televisión de lo que significa; y de la importancia de tener buenos guiones. Lo mismo en el cine; la importancia que es tener buenos guiones, de darle el tiempo, de tener consultores, de que los consultores también cuestan plata, de que en el fondo, si no tienes ese cimiento bien realizado, para adelante todo va a ser bastante poco claro. En el fondo, como se dice, si hay un buen guion puede haber una mala película, pero si hay un mal guion es imposible que haya una buena película. Estos avances los veo desde mi propio trabajo; desde que me piden participar como consultor; desde que los tiempos de escritura tienen más importancia; y desde las partes de investigación previas de un guion, porque el guion no es que desde el primer día uno se ponga a escribir, sino que requieren de investigaciones, y de a poco ya hay más conciencia de todo eso. Así que si bien hay problemas, me gusta verlo desde el otro lugar.

“Débajo del Títere – Daniel Castro”

www.31minutos.cl/post/debajo-del-titere-daniel-castro/

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