La guionista María Paulina Correa y el éxito del radioteatro en medio de la pandemia

“Los creadores amantes de la ficción sonora, estamos en un momento único, que no se veía desde la época de oro del radioteatro”, señala la autora, quien ha visto incrementado el éxito de sus obras, pero sin que eso signifique una mayor conciencia en el pago de los derechos de autor por parte de los usuarios. 

Contar historias es una actividad profundamente humana, y las historias siempre encuentran diversas formas de narrarse. Así, en medio de cuarentenas que mantienen a la población mundial en el confinamiento, ha vuelto a resurgir con fuerza una forma de relato que tuvo su época dorada a mitad del siglo XX: la ficción sonora.

María Paulina Correa, guionista y miembro del consejo directivo de ATN, lleva más de 12 años dedicada a crear radioteatros. Gracias al apoyo de diversos fondos concursables, ya lleva producidas 250 obras de ficción y 60 audiocuentos dramatizados.

“A pesar de que siempre trabajé con actores de trayectoria y afamados doblajistas, mantuvimos un perfil público relativamente bajo con las obras, que circulaban entre amantes del género, personas ciegas y los indeseables piratas de Youtube”, señala.

Sin embargo, al desencadenarse la pandemia durante el año 2020, se sorprendió al comprobar que las plataformas en las cuales mantiene alojados sus podcasts comenzaron a duplicar, y hasta a triplicar, el número de visitas de auditores. Asimismo, su  sitio web http://www.radioteatros.cl, ocupa en estos momentos el 5° lugar a nivel mundial en las búsquedas de contenidos relacionados con la temática. Y tan sólo por Spotify, las historias que ha escrito y producido llegan a oyentes de 32 países.

“De pronto me empezaron a llamar de diversos lugares. Me convocaron de fundaciones, del Ministerio de Educación, y de la ARCHI para que donara parte de nuestras producciones (Arcano 21 Producciones) a fin de que pudieran ser escuchadas por los hospitalizados de todo el país, por niños de comunidades apartadas, y por radioemisoras de provincia que requerían entregar programación entretenida a los auditores para mantenerlos en casa”, sostiene la autora, confirmando el rol social que ha tenido la sonoridad en tiempos de crisis humanitaria, y en particular esta forma de arte teatral, pero que sin embargo sigue sin ser reconocido el derecho patrimonial de su creadora y la explotación comercial que ella puede hacer de su obra.

“Creo que los creadores amantes de la ficción sonora estamos en un momento único, que no se veía desde la época de oro del radioteatro ( décadas del 40 al 60), para dar vida a todas las historias que se nos ocurran, porque al parecer la gente ahora, debido a la pandemia y al encierro que conlleva, tiene más tiempo para escuchar y descubrir, o redescubrir en el caso de los adultos mayores, la magia de echar a volar la imaginación con una historia bien contada”, asegura Paulina.

 

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