Por Paula Quiroz
“Si el arte no está para generar polémica, estamos bien jodidos”. José Ignacio “El Chascas” Valenzuela se define como fanático del thriller y del suspenso, recuerda que a los doce años empezó a leer a Agatha Christie, la famosa escritora y dramaturga británica de novelas policiales, y se volvió fanático: “Que hubiera un crimen y diez sospechosos era para mí un verdadero desafío y descubrir quién era finamente el asesino, representaba el máximo triunfo, era como ganar un duelo”. Su gusto por el misterio siguió creciendo y a través de Edgard Allan Poe y Arthur Conan Doyle, los mayores exponentes de la novela policial, “El Chascas”, se fue convirtiendo en un ávido lector y empezó a estudiar este tipo de literatura. “Me formé en el taller literario de mi tía Ana María Güiraldes, (Premio Nacional de Literatura de Santiago en 1983) ella me entregó la formación, el rigor, la estructura, la autocrítica, la disciplina para escribir un capítulo a la semana tuviera o no tuviera ganas”. A muy tempana edad, decidió financiar su vida a través de la escritura: “Yo no podía dejar de pagar el arriendo por no haber recibido la inspiración, nunca tuve como esa cosa romántica de la escritura, del creador que está en su cama comiendo uvas esperando que la inspiración le susurre al oído la gran idea. A mí no me ha pasado nunca, yo sé que la inspiración existe porque hay días en que me siento más inspirado que otros, pero yo no me siento a esperarla, para mí la escritura es una forma de vivir, de entender el mundo”.
Se inició en el mundo de las teleseries en Canal 13 con “Amor a domicilio” (1994) a los 19 años, siendo estudiante de literatura y estética de la Universidad Católica, cuando en Chile no existía una industria audiovisual, ni escuelas de cine, ni menos derechos de autor: “No había nadie que te dijera cuáles eran tus derechos ni tus garantías, estaba todo en pañales, era todo muy precario, había poco o nada de conocimiento, entonces no habían leyes, por eso valoro mucho el trabajo y todo lo que han logrado las sociedades de gestión”.
Sólo un año alcanzó a trabajar en Chile y recibió una tentadora oferta de Televisa, una de las cadenas más importantes de México y decidió empacar sus cosas y partir, fue ese país donde vivió diez años, escribió telenovelas también para Televisión Azteca, paralelamente escribió libros, películas y teatro.
Sin embargo, siempre ha estado vinculado a Chile: “Es ahí donde tengo mis recuerdos, tiene que ver con esos espacios de memoria que uno tiene”. Por eso se emocionó hasta las lágrimas, cuando “Quién mató a Sara”, la exitosa serie que hizo para Netflix y que en su primera temporada fue vista por más de 55 millones de usuarios, se convirtió en un fenómeno y las primeras reacciones que recibió fueron de Chile. “Ese cariño desbordante de chilenos y de amigos que me decían tú no te imaginas lo contenta que está la gente aquí en Chile con tu éxito, lo contenta que se puso la industria, tus colegas, me dio tanta emoción que me puse a llorar porque de alguna manera sentí que algo tenía que haber hecho bien y me alegré de que hubiesen leído mi trabajo como lo que fue, una entrega de amor, de cariño. Fue muy gratificante y me emociona hasta el día de hoy”.
De la misma forma fue recibido en nuestro país su nuevo libro “Cuando nadie te ve”, que está en todas las vitrinas de las librerías locales desde agosto y que el 15 de octubre tendrá su presentación oficial en el Festival de Autores de Santiago (FAS), siguiendo un nutrido recorrido por las Ferias del Libro de Miami y de Guadalajara. “Este nuevo thriller surge a través de mis obsesiones de siempre: esas familias que se presentan como perfectas. Es un thriller de suspenso de misterio, muy adictivo, donde nada es lo que parece, hay revelaciones y giros inesperados cada tres páginas. Esa gente perfecta a mí me genera desconfianza y miedo, eso como de mirar el mundo desde un pedestal de perfección me pone muy nervioso. Entonces siempre me ha gustado escribir sobre esa gente porque de alguna manera me gusta levantarles la alfombra en mis ficciones y ver qué hay debajo”.